Al momento, al tiempo, a la distancia
Siento fuego en mis venas, siento que me quemo con los sonidos que salen de un lugar perdido en la distancia. Siento el incansable eco de las horas, el murmullo de los momentos ahogados en un mar de recuerdos.
Siento fuego en mis venas, siento que me quemo con los sonidos que salen de un lugar perdido en la distancia. Siento el incansable eco de las horas, el murmullo de los momentos ahogados en un mar de recuerdos.
Mujer, llévame contigo, llévame en tus ojos
y el susurro del viento sobre tu cara
escucha las melodías a lo lejos,
que evocan tu nombre.
guarda pedazos de mi alma en tus bolsillos
para cuando quieras,
para cuando te sientas sola.
sigue volando,
aliméntate de recuerdos
y aguárdame en tus brazos
para cuando llegue
me derrita con tus ojos.
y volar hacia ti,
podría convertirme en aire
para que me respires por siempre.
en tu mirada dulce y fría
en tu eterno olor a piel.
para escuchar en el silencio de las noches
tu sonrisa,
tu aliento,
tu voz.
Por volar conseguí la libertad, por viajar encontré lugares, por moverme he salido, he llegado y he vuelto a volar. Me he sentado en esa piedra; la que todos miran pero nadie toca. Y yo, no siendo menos, he creído en el viento, en las palabras y en las miradas.
El viento me roza la espalda, poder sin poder, sensación de melancolía que ahoga mis fuerzas.
Eterna sensación con la que el tiempo no puede, la nostalgia aparece incontrolable, sintiendo en la distancia el eco de una voz, el brillo que ya no ilumina mis noches, el eterno susurro de lo incomprensible.
Busco en sus palabras las notas de una canción inconclusa, busco entre recuerdos algún motivo sincero, y trato de encontrar en el pasado alguna razón para creer que solo fue un sueño.